Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)

Como pedagoga , hoy quiero explicaros un poco acerca del TDAH del que tanto solemos oír hablar en nuestros días.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes, llegando a afectar hasta el 6% de niños en edad escolar, aunque afecta a personas de todas las edades. A pesar de ser un trastorno común, la falta de comprensión y la persistencia de mitos han llevado a estigmatizarlo injustamente. En este blog, exploraremos qué es el TDAH, cómo afecta a quienes lo padecen y cómo se puede abordar de manera efectiva.

El TDAH es un trastorno orgánico influido por factores neurobiológicos y factores genéticos, lo que quiere decir, que se nace con él y tiene una heredabilidad de entorno a un 70%. Se caracteriza por problemas persistentes de atención, hiperactividad e impulsividad. Aunque a menudo se asocia principalmente con niños en edad escolar, también puede afectar a adolescentes y adultos. Las dificultades en la escuela, el trabajo y las relaciones interpersonales son comunes, pero con el tratamiento y el apoyo adecuados, las personas con TDAH pueden llevar vidas productivas y satisfactorias.

Las personas con TDAH enfrentan desafíos únicos en su vida diaria. La falta de concentración puede dificultar el rendimiento académico y laboral, mientras que la impulsividad puede afectar las relaciones personales. Suelen presentar también problemas de autoestima y autoconcepto, ansiedad elevada, tics, baja tolerancia a la frustración e incluso problemas de comportamiento.

Reconocer estos desafíos es el primer paso para implementar estrategias efectivas de manejo. Algunas de las estrategias que se pueden emplear son:

1. Terapia Conductual: La terapia conductual, de la mano de pedagogos, psicopedagogos y psicólogos, puede ayudar a las personas con TDAH a desarrollar habilidades de organización, gestión del tiempo y control de impulsos.
2. Medicación: En algunos casos, los medicamentos estimulantes pueden ser recetados para ayudar a mejorar la concentración y la atención.
3. Apoyo Educativo: Adaptaciones en el entorno educativo, por parte de los docentes y el apoyo de pedagogos, como tiempos de prueba extendidos o asistencia personalizada, pueden facilitar el aprendizaje para aquellos con TDAH.
4. Estilo de Vida Saludable: La dieta equilibrada, el ejercicio regular y un buen sueño pueden contribuir significativamente a reducir los síntomas del TDAH.

La comprensión y el apoyo de amigos, familiares y compañeros son cruciales. La paciencia, la empatía y la aceptación son fundamentales para fomentar un entorno positivo donde las personas con TDAH puedan florecer.

El TDAH no define a una persona, pero comprenderlo es esencial para brindar el apoyo adecuado. Al desafiar los mitos y estigmas asociados, podemos crear una sociedad más inclusiva y compasiva para aquellos afectados por este trastorno. Al trabajar juntos, podemos abrir caminos hacia una vida plena y exitosa para las personas con TDAH.